Visita
casa por casa, les entrega el material a los alumnos y luego parquea su moto en
una esquina para que, a través de un parlante, oigan las clases.
Las
historias de maestros que aman su profesión y ejecutan grandes hazañas para
seguir ejerciendo su vocación y enseñando a los niños, se siguen conociendo. Es
el caso del profesor John Santos, en Tello, un bello municipio del Huila, quien
no permitió que la pandemia acabara con la educación de los niños y niñas del
pueblo.
Visita
casa por casa, les entrega el material a los alumnos y luego parquea su moto en
una esquina para que, a través de un parlante, oigan las clases sin salir de
sus casas.
Hay
gente que nació para servir y así se les pasa la vida, con un corazón que no
les cabe en el pecho, son extremadamente felices. Son esas personas que piensan
primero en los demás.
El
profesor de 45 años nació en Neiva y tiene estudios en filosofía y teología,
resolución de conflictos y una maestría en derechos humanos.
A
pesar de sus estudios decidió dedicarse a la docencia y junto con sus colegas
crearon el programa educativo ‘Aula Móvil’ para
evitar la deserción y lograr que los jóvenes sigan estudiando en sus casas.
“Vamos
casa por casa, con el equipo de trabajo de estudiantes que nos están
colaborando y docentes, y le cargamos las nuevas guías para el siguiente mes.
(…) El 90 % de estudiantes no tiene conectividad porque están ubicados en la
zona rural”, manifestó John Santos.
Así
empezó la historia en que una moto carga la responsabilidad de dictar clase
junto a un parlante, un amplificador, batería y grabaciones de los demás
profesores, que comienzan a recorrer las lejanas y calurosas veredas de Tello.
El
profesor visita casa por casa y les explica a los alumnos y a sus padres, en
qué consiste cada clase. Hecho esto, les deja una tablet, aunque solo hay 100
disponibles para 870 alumnos, el resto debe usar fotocopias.
Luego
de explicar y entregar los elementos para la clase, John hace lo
increíble. Se ubica en una esquina del pueblo con su moto, prende el
parlante para que inicien las lecciones. Este sonido llega al corazón de cada
familia.
En
ese trabajo, ni John ni sus colegas están solos, los ayudan los exalumnos del
colegio, quienes colaboran a los más pequeños en sus estudios.
“Nos
une la pasión de luchar por la educación, por cada uno de los estudiantes”,
manifestó Jennifer Barrios, colaboradora del proyecto.
John
termina el día tan agotado como feliz, luego de haber recorrido buena parte del
pueblo y las veredas.
“Los
alumnos se encuentran muy complacidos con la dirección de este proyecto por el
profesor John Eduardo Santos”, manifestó Emidio Borrero, secretario del colegio
de Tello.
Gracias
a esta labor, el porcentaje de deserción no llega ni al 1 %.
Por
NoticiasRCN.com