Emergencia
dejó 17 heridos y la mayoría fueron trasladados al hospital Simón Bolívar, de
Bogotá.
A
tres se elevó el número de personas fallecidas tras la explosión en la tarde
del jueves anterior de una fábrica de pólvora que –sin la totalidad de
permisos– funcionaba en las afueras de Líbano, municipio del norte del
Tolima.
A
la muerte de un menor de 14 años en el momento de la explosión se sumaron este
viernes dos nuevas víctimas identificadas como Jhon Janer Martínez
Robayo, de 23 años, y José Manuel Soler Muñoz, de 67, propietario de la
polvorería.
“Tres personas han perdido la vida en esta explosión”, afirmó el secretario de
Salud del Tolima, Jorge Bolívar, y agregó que otras tres se encuentran en
estado crítico.
José Jaime González, director del hospital de Líbano, aseguró que el joven de
23 años falleció cuando era trasladado al hospital Simón Bolívar de Bogotá,
mientras que el dueño de la polvorería murió en la madrugada en ese mismo
centro de atención.
La explosión repentina que sacudió a esta población dejó al menos 17 personas
heridas que laboraban en la fábrica prácticamente a cielo abierto, pues lo
único que tenía era techos improvisados de zinc.
“Los
fallecidos y heridos eran trabajadores de la polvorería y entre los lesionados
figuran 4 menores de edad”, dijo el director del hospital de Líbano.
Testigos narraron que fueron “cinco explosiones consecutivas en la
polvorería de los Soler, el sitio quedó completamente destruido, desapareció
del mapa”.
Por tener comprometido más del 20 por ciento de sus cuerpos con
quemaduras fueron trasladados a Bogotá 8 pacientes, pero por la gravedad
de las heridas hoy serán trasladados 4 más.
Los pacientes con lesiones del 10 por ciento en sus cuerpos son atendidos en
los hospitales de Ibagué y Líbano.
)
“Destacamos el trabajo de la gobernación, de la red de salud del Tolima y del
hospital Federico Lleras, que en medio de la emergencia nos apoyaron con
médicos y ambulancias”, dijo José Jaime González, director del hospital.
El alcalde de Líbano, Jesús Antonio Giraldo, señaló que la fabricación y
comercialización de pólvora estaba prohibida en todo el municipio.
“Esta fábrica funcionaba en la zona urbana y el año pasado la administración
anterior la trasladó a un sitio apartado de las afueras”, dijo el mandatario.
Agregó que, aunque tenía permisos de Indumil y estudio de suelos, “no podía
funcionar, pues no cumplía en su totalidad los requisitos exigidos”.