Médicos
se vieron obligados a adelantar la cesárea después de que la mamá desarrollara
preclampsia. Aunque tenía solo un 10% de probabilidades de vivir, la pequeña
Mirren luchó para ir a casa.
Mirren Cook nació más pequeña que
la palma de la mano de su papá y, pese a que los médicos solo daban un 10% de
probabilidades de que sobreviviera, lo logró.
Tenía tan solo 25 semanas de
gestación cuando a su mamá Katie, de 28 años, tuvieron que practicarle una
cesárea de emergencia debido a una preeclampsia.
Contra todo pronóstico, la pequeña
Mirren, que pesó menos de 300 gramos, luchó y hoy es protagonista de un final
feliz: después de varias semanas en un hospital de Edimburgo, ya está en casa
en compañía de sus padres.